El Mercedes EQV es un monovolumen grande 100% eléctrico, del segmento E, con un enfoque premium. Tiene unas cualidades casi extintas en el mercado, como una carrocería muy polivalente con capacidad para muchos pasajeros y una construcción que busca el agrado de los modelos más refinados de la marca.
Tiene todo el aspecto de una furgoneta industrial, si bien las luces, la enorme parrilla frontal con la estrella de Mercedes y el cuidado acabado exterior contribuyen a darle ese toque de vehículo de lujo que realmente es.
La gama de motores consta, en realidad, de un único motor eléctrico situado sobre el eje delantero, junto con toda la electrónica de potencia que implica un vehículo de este tipo. En realidad, el Mercedes EQV es una adaptación directa a vehículo eléctrico de un vehículo industrial a su vez adaptado para el transporte de pasajeros, en el que el chasis de largueros ha facilitado la colocación de las baterías debajo del piso y el gran espacio frontal para el motor térmico ha permitido alojar todo lo relacionado con la motorización y la refrigeración.
La batería del EQV cuenta con una capacidad de almacenamiento de energía de 90 kWh en su versión EQV 300, suficientes para llevar a este enorme vehículo hasta unos 300 km de autonomía más o menos reales (355 km WLTP).
El interior del Mercedes EQV es un amplísimo salón rodante de hasta 8 pasajeros (2 + 3 + 3) pero que también puede configurarse en dos filas de 3 + 3 dejando en la parte posterior un increíble maletero de algo más de 1.000 litros de capacidad.
La dinámica del Mercedes EQV es la de una furgoneta con el centro de gravedad muy bajo, pero con muchísimo peso total. Teniendo en cuenta el objetivo del coche, que es transportar a sus pasajeros y equipaje con el máximo nivel de confort y silencio, no es de esperar que su chasis ofrezca prestaciones deportivas, aunque sin duda tendrá el «punch» que ofrecen todos los vehículos eléctricos, sobre todo arrancando desde parado.